Curso y discurso

Empieza el curso político y el Partido Popular celebra hoy su Comite Ejecutivo. La situación es España no es caotica es...su hermano mayor. Es verdad que lo peor ya ha pasado...ahora viene lo malo. La primera vez en la hostoria de la contabilidad de los parados que, en agosto, mes de contratación, son 86.000 nuevas personas las que pasan a engordar la lista interminable. Frente al peor gobierno de la historia de España, desde los Reyes Católicos, necesitamos una oposición que -como los opositores- se prepare a conciencia, oposite y apruebe.
Hoy por hoy, y me cuesta mucho decirlo, no pasa de un suspenso alto. El PP no puede pretender ganar unas elecciones sin argumentos contundentes que derriben el edificio socialista. Motivos hay para derribarlo, otra cosa es que el partido popular se mueva con el freno de mano puesto.

La calle, aunque algunos sociólogos paniaguados digan que "estamos por encima" no está diciendo eso. La calle, esa calle que está legislatura se ha perdido incomprensiblemente, no está ilusionada, no está motivada y -lo que es peor- puede reaccionar con la abstención. Las condiciones son idóneas para marcar una hoja de ruta ilusionante coherente y posible para sacar a España del sueño de los tontos en el que nos tiene sumidos Zapatero. Empieza a ser el momento de decir eso de : "Señor Rodríguez, vallase". La fabrica de paro en la que se ha convertido el partido que gobierna es atacable por todos los flancos. Rectificaciones, errores de comunicación -nunca entenderé por que al frente de esta no está un profesional con la experiencia necesaria para comunicar con las herramientas necesarias no con juegos gramaticales trasnochados. La comunicación, al igual que la medicina, la arquitectura o abogacía es una carrera no una intuición: Nadie pone al frente de servicio hospitalario al más gracioso, despreciando si tiene o no conocimientos médicos. La comunicación es otra cosa y, sin ella, el partido popular no puede ganar unas elecciones nacionales.