miércoles, 23 de diciembre de 2009

Termina un año

Ha sido un año difícil para todos. Mucho más para los cuatro millones de parados que, gracias a Zapatero y sus decisiones, verán -con más tristeza que alegría- la navidad en sus hogares. Un año en el que todas, absolutamente todas las familias españolas, tiene en primera persona la sombra del paro. Un año en el que el asesinato de niños inocentes, la certificación del desmenbramiento de España -vía estatutos-, la aprobación de unos presupuestos para endeudar a nuestros país durante muchas generaciones, unido al más clamoroso ridículo internacional, ha llevado a los españoles ha perder la credibilidad en quien los mal gobierna. Dicen, los que saben de esas cosas, que en las crisis está la oportunidad. Yo, así lo creo. Es la oportunidad para que el Partido Popular despegue de una vez. Despegue con ilusión y ambición y arrastre, en ese despegue, al pueblo español; al de siempre; al que, cuando se siente engañando -aunque siempre tarda más de la cuenta en hacerlo-cambia la brújula y retoma el norte.
Un año para aprender de todos los errores cometidos, estudiando los que cometen los demás.
Un año en el que hemos visto festejar, incomprensiblemente con abrazos y aspavientos, la ley del aborto. Un año en el que a todos nos ha venido a la memoria el asesinato de Miguel Ángel Blanco,y la difícil decisión que tomo el Presidente Aznar para que -años después- un irresponsable Zapatero, pague un chantaje y coloque a su país, España, en la cola de la dignidad y a la cabeza de la ignominia.
Un año, en definitiva, dónde hay mucho que olvidar, mucho que reflexionar, mucho que arreglar y mucho que aprender para no caer en los mismos errores

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