Zapatero nunca existió

Decía Groucho Marx, en una inolvidable película:"estos son mis principios pero, si no les gusta, tengo otros". El gran maestre de la ignorancia, Zapatero, compara el muro de Berlín con el "franquismo"; quizá convendría que recordase que su padre fue adicto a ese regimen hasta el final. También convendría que recordase, este analfabeto empedernido que, mientras el general Franco se acercaba a Madrid para liberarlo del comunismo (ese que él ha ido a festejar su caida) sus "compis ideológicos" hicieron un muro que también dividió a Madrid.
En otro orden de cosas, nos pide silencio para poder pagar los más de tres mil millones de pesetas que nos costará la inoperancia de su gobierno. ¿Silencio? ¿Se refiere, quizá, al que mantuvieron él y los suyos cuando el Prestige, o cuando el 11-M?.
Decía el mentiroso más honesto con la mentira de España, Rubalcaba: España merece un gobierno que no mienta. Habría que añadir: ...que no mienta tanto como el gobierno de Zapatero!
Por cierto, ¿tenemos que guardar silencio respecto al chivatazo de Rubalcaba para que no se detenga a etarras?
Malos tiempos para España, un país sin gobierno y... sin oposición. Bueno sin oposición si pero...oponiéndose a ella misma. Como se puede explicar que en las autonomías emblemáticas del Partido Popular -aquellas que suman más del 40% de los votos y los diputados- estén a la gresca entre ellas mismas. ¿Dónde está la oposición para levantar la corrupción en aquellas autonomías que no gobierna y, así, preparar al personal para cuando llegue la hora de votar?

¿Donde está la comunicación del Partido Popular...¿quizá en Facebook o en twetter?

Las encuestas de estos días son, además de apañadas en una línea muy determinada, bastante clarificadoras. Gallardón, el gran encantador de la izquierda -que por cierto nunca le vota- quiere quitar a Rajoy como sea. Rajoy lo sabe. ¿Entonces...a dónde vamos? ¿A un congreso extraordinario en el que todos pierdan, incluso el partido?

Fraga acosa a Camps, Costa protesta, "La Rubia" se defiende, Rato observa, Aznar se cabrea, Rajoy espera... Qué más quiere el PSOE para tener asegurada su supervivencia política.